Los procesos de esterilización por vapor mediante tecnología SIP entrañan unas particularidades que los diferencian de otras aplicaciones más habituales del mismo agente esterilizante, como son los autoclaves.
En la actualidad, el uso de vapor circulante es uno de los métodos más empleados en esterilización de conducciones, reactores y depósitos que requieren garantizar un SAL determinado (habitualmente 10-6, a través de un valor de Fo >15’), bien porque en ellos va a tener lugar alguna etapa del proceso productivo, bien porque por aquellas va a circular el producto final (previo a su envasado), o bien porque son el medio distribuidor o contenedor de alguna clase de fluido (gaseoso o líquido) implicado en el proceso de fabricación de productos biosanitarios que por su naturaleza requieran de condiciones de esterilidad.
Por todo el mundo es sabido que el vapor es uno de los sistemas más extendidos en la industria biosanitaria dentro del ámbito de la fabricación de medicamentos estériles, pero ¿el enfoque de requerimientos de usuario y de funcionamiento debe ser el mismo que en el caso de un autoclave? ¿Se debe abordar el proceso de cualificación atendiendo a los mismos requerimientos normativos?
En el artículo que compartimos hoy, escrito por nuestro Director Técnico Roberto Español, pretendemos ofrecer nuestro punto de vista técnico a la vez que damos respuesta a ambas cuestiones. El objeto es ofrecer al usuario de toda clase de instalaciones que se esterilizan a través de un sistema SIP (steam in place) un enfoque práctico que le ayude a abordar el a menudo problemático proceso de cualificación de dichas instalaciones.
Pulsa aquí para descargarlo.
Si necesitas ayuda para un proyecto de cualificación de tu instalación SIP, ¡contacta con nosotros!